«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).


18 de noviembre de 2013

LA PRIMERA EXHORTACIÓN APOSTÓLICA DE FRANCISCO CIERRA EL AÑO DE LA FE

En la misa de clausura este domingo, se hará entrega simbólica del texto Evangelii Gaudium y serán expuestas las reliquias de San Pedro
Este domingo en Roma se celebra la clausura el Año de la Fe. El año proclamado por Benedicto XVI y que comenzó el 11 de octubre de 2012 finaliza esta semana y hoy se han presentado los últimos eventos que supondrán la conclusión de lo que ha sido un año significativo e intenso en la historia de la Iglesia.

El “Día de la vida contemplativa” tendrá lugar el 21 de noviembre y las celebraciones para el final del Año de la Fe serán dos: el encuentro de los catecúmenos con el papa - 23 de noviembre - y la santa misa de clausura - 24 de noviembre-. Durante la rueda de prensa de presentación de estos eventos han intervenido el arzobispo Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización; arzobispo José Octavio Ruiz Arenas y monseñor Graham Bell, secretario y subsecretario del mismo dicasterio.
Monseñor Fisichella ha señalado que son más de 8 millones y medio los peregrinos que este año se han desplazado a la tumba de San Pedro para profesar su fe. “Finaliza un año dedicado completamente a reavivar la fe de los creyentes, pero ahora continúa el deseo de mantener viva la enseñanza que estos meses hemos recibido" ha afirmado. Asimismo ha afirmado que son muchas las "micro iniciativas que en todo el mundo han evidenciado cuánto la fe permanece viva y dinámica en medio a los fieles como testimonio de la piedad y del profundo sentido religioso que está presente en nuestro pueblo".
Por otro lado, ha indicado que “para la clausura del año hemos pensado en un conjunto de diferentes signos para demostrar la continuidad de la fe y el camino que tenemos que seguir para evitar que se vuelva algo obvio en la vida cotidiana”.
El papa Francisco el día 21 de noviembre acudirá al Monasterio Camaldolese del Aventino donde se encontrará con la comunidad religiosa. Ese día, que coincide con el aniversario de la entrada al monasterio de Sor Nazarena Crotta, última reclusa que vivió dentro de esos muros, estará dedicado a quienes han elegido la vida de clausura como dedicación privilegiada a una vida de oración y contemplación.
Bajo el lema “preparados para pasar por la Puerta de la Fe”, el sábado 23 de noviembre, tendrá lugar el segundo acto dedicado a los catecúmenos. 500 catecúmenos acompañados por sus catequistas, procedentes de 47 países diferentes de los cinco continentes serán los protagonistas de esta jornada. El papa recibirá a 35 de ellos en la entrada de la Basílica de San Pedro y les realizará las preguntas tradicionales del rito.
Para la clausura Año de la Fe se ha organizado la celebración de la eucaristía el domingo 24 de noviembre en la Plaza de San Pedro a las 10.30 horas.  Se han elegido tres signos que evidenciarán el valor de este momento: la exposición de las reliquias de San Pedro, la entrega del papa Francesco de su exhortación apostólica Evangelii Gaudium y un gesto de caridad a favor del pueblo de Filipinas. Durante la eucaristía se realizará una colecta como contribución de los peregrinos del Año de la Fe a los afectados por los desastres meteorológicos en la nación asiática.

Para concluir, monseñor Fisichella ha destacado que “a menudo, acostumbrados como estamos a poner de relieve los factores de crisis, nos olvidamos de mirar también los muchos signos positivos de esperanza que están realmente presentes en la Iglesia. El Año de la Fe nos ha permitido experimentarlo. Sostenidos por un testimonio tan impresionante, entusiasmado y confiado, que se expresa principalmente en el silencio de la vida cotidiana, miramos hacia el futuro con más serenidad, gracias a la experiencia adquirida en este año, del que esperamos que sus efectos positivos se extiendan durante mucho tiempo”.
Ciudad del Vaticano, 18 de noviembre de 2013 (Zenit.orgRocío Lancho García | 566 hits

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