«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).


2 de enero de 2014

POLÉMICAS CON LA NUEVA LEY DEL ABORTO

Mi experiencia al debatir con personas convencidas de que existe el llamado "derecho a abortar" (algunas de ellas, personas instruidas, cultas y con liderazgo en la sociedad), es que siempre dicen que "el aborto es un drama”.

http://listas.hazteoir.org/12all/lt.php?c=2556&m=2995&nl=2&s=29392ef8f1c915feb8e837edcfa63be1&lid=28128&l=-http--www.youtube.com/watch--Q-v--E-EHLSRLCVmOI--A-feature--E-youtu.be

Pero nunca me han respondido por qué.
Ante la pregunta: "¿Por qué el aborto es un drama?”, siempre he encontrado ese punto ciego de la (sin) razón abortista: un silencio incómodo que es más elocuente que todas sus palabras.
El pasado sábado 28 de diciembre, en el canal de televisión La Sexta, volví a preguntárselo a mi oponente, un destacado político del PSOE: "¿Por qué el aborto es un drama?”. Y volví a quedarme sin respuesta.
En este vídeo, puedes ver un resumen de 3 minutos 43 segundos, con los momentos más destacados del debate.
"El aborto es un drama”. La primera vez que lo escuché, me lo dijo personalmente la ex ministra Bibiana Aído, autora de la ley de "barra libre” de abortos que hoy podemos conseguir que se derogue, gracias al esfuerzo y el tesón de una mayoría de ciudadanos que, como tú, se comprometen y actúan en defensa del derecho fundamental a la vida.
Fue en abril de 2009. La ministra de Igualdad nos reunió en su despacho a un grupo de representantes de Derecho a Vivir y, en un momento de aquel encuentro, se puso especialmente solemne y dijo: "El aborto es un drama para la mujer”. ("Por eso vamos a fomentarlo”, le faltó añadir)
Le pregunté en tres ocasiones por qué el aborto es un drama y no hubo respuesta.
Fue mi primera experiencia con el silencio sin solución de esta cínica paradoja que la ideología del aborto ha acuñado para revestir de una hipócrita sentimentalidad la violenta eliminación de seres humanos indefensos.
Desde entonces, en estos últimos años, cada vez que he debatido con un defensor del aborto, le he escuchado repetir el mantra, algunas veces con una compunción digna de un premio de teatro: "el aborto es un drama”.
Siempre he intentado que me responda a la pregunta del millón: "¿Por qué el aborto es un drama?”
Nunca lo he conseguido.
He llegado a la conclusión de que sólo hay una causa de este silencio: la respuesta es insoportable. Y es que el aborto es un drama, precisamente, porque consiste en arrebatar la vida a un ser humano indefenso y ninguna mujer es la misma después de pasar por esa experiencia terrible.

¿Tan difícil es, para quienes defienden el supuesto "derecho a abortar”, asumir que sus propios argumentos acaban topándose siempre con el hecho de un ser humano concreto e indefenso, en su momento de mayor vulnerabilidad, que es eliminado sin contemplaciones, con una violencia especialmente aberrante y cruel?
DERECHO A VIVIR

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