«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).


20 de febrero de 2014

PAPA FRANCISCO «HOY LA FAMILIA ES DESPRECIADA, ES MALTRATADA»









«Es la primera vez que todo el Colegio Cardenalicio se reúne en torno a su persona, con la alegría de acoger su invitación a participar en un consistorio extraordinario». Con estas palabras que el cardenal Angelo Sodano, decano del Colegio Cardenalicio, ha dirigido al Papa Francisco se ha abierto esta mañana en el Aula Nueva del Sínodo el consistorio extraordinario sobre la familia. El Santo Padre ha tomado la palabra para marcas las pautas por las que ha de conducirse el consistorio. Ha llamado a profundizar en la teología de la familia «sin caer en la casuística, porque esto haría reducir inevitablemente el nivel de nuestro trabajo».

«En estos días -dice el Papa-  reflexionaremos de modo particular sobre la familia, que es la célula básica de la sociedad humana. El Creador ha bendecido desde el principio al hombre y a la mujer para que fueran fecundos y se multiplicaran sobre la tierra; así, la familia representa en el mundo como un reflejo de Dios, Uno y Trino».

No caer en la casuística

«Nuestra reflexión tendrá siempre presente la belleza de la familia y del matrimonio, la grandeza de esta realidad humana, tan sencilla y a la vez tan rica, llena de alegrías y esperanzas, de fatigas y sufrimientos, como toda la vida. Trataremos de profundizar en la teología de la familia, y en la pastoral que debemos emprender en las condiciones actuales. Hagámoslo con profundidad y sin caer en la casuística, porque esto haría reducir inevitablemente el nivel de nuestro trabajo. Hoy, la familia es despreciada, es maltratada, y lo que se nos pide es reconocer lo bello, auténtico y bueno que es formar una familia, ser familia hoy; lo indispensable que es esto para la vida del mundo, para el futuro de la humanidad. Se nos pide que realcemos el plan luminoso de Dios sobre la familia, y ayudemos a los cónyuges a vivirlo con alegría en su vida, acompañándoles en sus muchas dificultades con una pastoral inteligente, valiente y llena de amor».

No hay comentarios:

Publicar un comentario