«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).


12 de febrero de 2015

SE CUMPLEN DOS AÑOS DE LA RENUNCIA DE BENEDICTO XVI

La decisión del actual Papa emérito desencadenó una revitalización de la Iglesia, según diferentes analistas

Roma, 11 de febrero de 2015 (Zenit.org

Este miércoles se cumplen dos años del anuncio de la renuncia al pontificado de Benedicto XVI. El actual Papa emérito hizo pública su decisión el 11 de febrero de 2013 ante el Consistorio para la canonización de los mártires de Otranto.

En un discurso en latín, Benedicto XVI explicó: “Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. (…) Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro”.

La renuncia se hizo efectiva el 28 de febrero, cuando empezó la Sede Vacante hasta la celebración del Cónclave y la elección de Francisco.

Tras el primer impacto de la noticia, el orbe católico la valoró como un gesto de gran responsabilidad, humildad y amor a la Iglesia del Pontífice alemán. Todavía hoy son numerosas las muestras de agradecimiento a Dios por el pontificado de Benedicto XVI, que ha dejado una profunda huella en el corazón de todos los cristianos, sobre todo por la hondura y la belleza de su magisterio.

Diferentes analistas, consultados por ZENIT, señalaron que la valiente decisión adoptada por el entonces Obispo de Roma desencadenó una revitalización de la Iglesia mucho más rápida y profunda de lo que nadie podía imaginar.

Con el gesto de Benedicto XVI empezó un movimiento de renovación en continuidad con los anteriores pontificados, pero con un estilo nuevo y una energía nueva. La llegada de Franciscó aportó al ministerio petrino una personalidad, una cultura, una formación de un papa venido "del fin del mundo". Hay quien habla ya de una primavera de la Iglesia, nacida de la alegría del Evangelio.



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