«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).


24 de junio de 2015

SE PRESENTA EL INSTRUMENTUM LABORIS PARA EL SÍNODO DE OCTUBRE

(VIS) Han intervenido los cardenales Lorenzo Baldisseri, Secretario General del Sínodo de los Obispos y Peter Erdo, arzobispo de Esztergom-Budapest (Hungría), Relator General de la XIV Asamblea General del Sínodo de los Obispos y el arzobispo Bruno Forte, de Chieti-Vasto (Italia), Secretario Especial de la XIV Asamblea General del Sínodo de los Obispos.
El Instrumentum Laboris, explicó el cardenal Baldisseri, se divide en tres partes que retoman la estructura de la Relatio Synodi, demostrando la estrecha relación entre la III Asamblea Extraordinaria del Sínodo de los Obispos de octubre de 2014, dedicada a «Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización» y la próxima Asamblea General Ordinaria. La primera parte titulada «Escuchar los desafíos de la familia» se relaciona de forma más directa con el pasado sínodo, mientras la segunda «El discernimiento de la vocación familiar» y la tercera «La misión de la familia hoy», introducen el tema del próximo.
El purpurado destacó algunas novedades que se encuentran en la primera parte y que se refieren sobre todo al contexto antropológico-cultural, al socio-económico y al ecológico, «ahora felizmente iluminado por la nueva encíclica Laudato sí». «Los desafíos son –dijo– la pobreza y la exclusión social, la tercera edad, la viudez, el luto en la familia, la discapacidad, las migraciones, el papel de la mujer, la afectividad y la educación de la sexualidad, la bioética».
En la segunda parte, «El discernimiento de la vocación familiar» se enriquece la Relatio Synodi con una ampliación de los temas relacionados con el matrimonio natural y la plenitud sacramental, la indisolubilidad, don y tarea, la vida familiar, la unión y la fecundidad, la dimensión misionera, la fe, la oración, la catequesis, el estrecho lazo entre la Iglesia y la familia, los jóvenes y el miedo de contraer matrimonio, la misericordia.
La tercera parte, dedicada a «La misión de la familia hoy», comienza con una vasta reflexión sobre la familia y la evangelización, y se profundizan, entre otras cosas, cuestiones como el tema de la familia, sujeto de la pastoral, la liturgia nupcial, un lenguaje renovado y apertura misionera.
«Se habla –puntualizó el Secretario general del Sínodo de los Obispos– de familia y acompañamiento eclesial, de la agilización de los procedimientos de las causas matrimoniales, de la integración de los fieles en situaciones irregulares, de la eventual introducción de una forma de penitencia, de los problemas pastorales sobre los matrimonios mixtos y con disparidad de culto, así como de las cuestiones de responsabilidad generativa, del control de la natalidad, de la adopción y acogida familiar, del respeto a la vida desde la concepción hasta la muerte natural y de la educación de las generaciones futuras».
«Es muy relevante –añadió– la referencia a la indigencia económica de muchas familias que corren el peligro de la usura y al compromiso socio-político de los cristianos en favor de la familia, también en el contexto internacional. En este sentido, se considera útil la proposición de la Carta de los Derechos de la Familia, en unión a la Declaración Universal de los Derechos Humanos».
El cardenal Baldisseri ilustró además los trabajos de la Secretaría del Consejo del Sínodo entre una asamblea y otra, que comenzaron ya en noviembre de 2014, con la presentación del proyecto de los «Lineamenta», compuesto por la Relatio Synodi y una serie de 46 preguntas relativas a la recepción y profundización de ese documento sinodal que fueron enviados a los sínodos de las Iglesias Orientales Católicas sui iuris, a las Conferencias Episcopales, a los dicasterios de la Curia Romana y a otros sujetos, con la invitación de responder como fecha tope el 15 de abril de 2015. La Secretaría General ha recibido hasta ahora 99 respuestas por parte de los organismos competentes a las que se han añadido 359 observaciones enviadas libremente por diócesis, parroquias, asociaciones eclesiales, grupos espontáneos de fieles, movimientos y organizaciones civiles, etc... De ahí que el período intersinodal, se haya revelado como «una ocasión inapreciable de escucha de lo que el Espíritu dice a la Iglesia en la pluralidad de sus componentes».
Desorrolo dinámico del Sínodo
Por último se refirió a la metodología de la próxima Asamblea General, que hay que recordar, es Ordinaria y no Extraordinaria como la anterior y que, obedeciendo sobre todo a las sugerencias de los miembros sinodales, «continuará con el proyecto de un desarrollo del Sínodo en una línea dinámica y más adecuada a nuestros tiempos».
A este propósito los padres sinodales han reiterado la necesidad de evitar una larga serie de intervenciones individuales, como sucedía en los sínodos anteriores, para asegurarse de que las intervenciones estén mejor distribuidas en el tiempo y no todas seguidas. También se ha solicitado la valorización de los Circuli Minores y de reafirmar el principio del orden temático. Siguiendo esta línea, las tres semanas del Sínodo se distribuirán de acuerdo con las partes del documento Instrumentum Laboris, que son también tres. La primera semana abordará la primera parte del documento, la segunda se ocupará del discernimiento de la vocación familiar y la tercera de la misión de la familia hoy.
«Al final de la tercera semana –aclaró el prelado– se dedicará el tiempo necesario para preparar el texto final del documento, que se presentará a la Asamblea para su última puesta a punto, que se integrará en el documento para ser sometido a la aprobación final. Esta modalidad asegurará la intervención en el Aula a cuantos tienen derecho a tomar la palabra, incluida la hora de final de la jornada, y concederá más tiempo a los Circuli Minores. Se prevé un documento final, que será entregado al Santo Padre».
Por cuanto respecta a la información, el cardenal recordó que el Papa Francisco ha afirmado que «el Sínodo es un espacio donde puede actuar el Espíritu Santo y no un parlamento. Los Padres sinodales están invitados a expresarse con parresia. Serán libres de comunicarse con los medios de comunicación a discreción y bajo su responsabilidad». 


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