«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).


28 de junio de 2016

BENEDICTO XVI AGRADECE A PAPA FRANCISCO: “SU BONDAD ES EL LUGAR DONDE YO VIVO, ME SIENTO PROTEGIDO”

 (RV).- Benedicto XVI se mostró muy agradecido y emocionado después de escuchar las palabras que le dedicaron tanto Papa Francisco como el Cardenal Sodano y el Cardenal Müller durante la celebración del 65 aniversario de su ordenación sacerdotal celebrada este martes en el Vaticano.
El Papa Ratzinger recordó en su discurso el término griego que hace 65 le dijo un hermano que se ordenó con él: “Eucharistomen”, que significa gracias, pero no unas gracias normales, un gracias humano, un gracias a todos. Y así se lo dijo también al Santo Padre Francisco, “por su bondad desde el primer momento de la elección y en cada momento”. Un hecho que hace que se “conmueva”. Y en este sentido añadió que “más que en los Jardines Vaticanos con toda su belleza, su bondad es el lugar donde yo vivo: me siento protegido”, aseguró. Así mismo, demostró el deseo de que Francisco vaya “con todos nosotros hacia delante en esta vía de la Misericordia Divina, mostrando el camino de Jesús, hacia Jesús, hacia Dios”.
Papa Benedicto XVI volvió en su mensaje a la palabra “Eucharistomen” y explicó que el término lleva a una realidad de agradecimiento, a aquella nueva dimensión que Cristo ha dado. “Él ha transformado el agradecimiento -y así en bendición- la cruz, el sufrimiento y todo el mal del mundo”. Al final, explicó el Papa emérito, queremos inserirnos en este “gracias” del Señor, y así recibir realmente la novedad de la vida y ayudar para la transustanciación del mundo: que no sea un mundo de muerte sino de vida: un mundo en el que el amor vence a la muerte”. 



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